REGULACIÓN EMOCIONAL
La regulación emocional puede
definirse como toda estrategia dirigida a mantener, aumentar o suprimir un estado
afectivo en curso. Es primordial en el desarrollo de los niños y niñas, y, como
adultos, debemos ayudarlos y acompañarlos para conseguir un desarrollo armónico
y equilibrado que les convierta en personas completas y que les permita
afrontar cualquier tipo de situación.
La autorregulación consiste en ser
capaz de manejar los sentimientos para que no interfieran en las relaciones
diarias o en la calidad de vida. Esto podría implicar ser capaz de resistirse a
perder el control en situaciones molestas o frustrantes, o ser capaz de
calmarse cuando los grandes sentimientos (normalmente negativos) aparecen en
escena.
La clave en este proceso se basa en guiar a los
niños y niñas hacia la posibilidad de reconocer y expresar lo que sienten sin sentirse
mal, y sin causar daños (ni físicos ni emocionales) a ellos mismos o a los demás.
En el blog Club peques lectores podemos encontrar imprimibles y descargables relacionados con los temas que ofrece blog (fomento lector, lectoescritura, cuentacuentos, creatividad, autoestima...) que resultan muy interesantes y nos pueden ayudar a trabajar con los niños y niñas. Entre ellos, tenemos un documento donde aparecen 30 actividades para aprender:
- Reconocer e identificar emociones.
- Gestionar emociones.
- Fomentar la empatía y las buenas relaciones con los demás.
- Mejorar la comunicación, la asertividad y la escucha activa.
- Fomentar la autoestima y el autoconcepto.
Os dejo el enlace directo: Emociones
Por otro lado, os incluyo también un vídeo de Anabel Cornago que ofrece 25 actividades de relajación que pueden ayudar a regular las emociones en los niños y niñas.
En un primer momento requerirán la ayuda de un adulto para guiarles. Cuando aprendan cómo realizarla y encuentren una actividad que realmente les funcione y les ayude a calmarse podrán generalizarla y aprenderán a autoregularse ellos mismos.
Es importante que, durante un tiempo, se aplique una única actividad para que la conozcan, la controlen y se puedan ver los resultados de su aplicación. Si probamos varias actividades a la vez intervendrían no tendríamos la certeza de si el resultado (positivo o negativo) se debe a la actividad o a otros factores. Asimismo, tendremos multitud de alternativas para poder cambiar de estrategias de regulación si llega el momento en que una actividad que funcionada ha dejado de hacerlo y debemos buscar una nueva forma de relajarnos.
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