REFUERZOS POSITIVOS
A continuación os dejamos ejemplos de refuerzos positivos que os pueden ayudar a mejorar o a reconducir la conducta de vuestras hijas e hijos.
Lo primero que debemos hacer es identificar estímulos agradables en los niños (sociales, familiares, materiales, etc.)
«¡Lo estás haciendo muy bien!»: los elogios son una gran recompensa para los peques, especialmente cuando hacen algo nuevo o que les supone mucho esfuerzo. Con bonitas palabras les estaremos reforzando la confianza en ellos mismos, igual que con estas actividades para trabajar la autoestima. Por ejemplo: ¡Estás guardando los juguetes genial! Anima a tu hijo a limpiar cuando acabe de jugar ofreciendo elogios adecuados cuando esto sucede. Las recompensas verbales tienen que ocurrir cuando la acción está ocurriendo para que tenga un mayor impacto. Los elogios verbales harán que se sienta más motivado para seguir haciéndolo bien y que en el futuro, lo haga de forma innata.
«¡Estás haciendo un gran trabajo!»: Cuando veas que tu hijo empieza su tarea de forma independiente puedes utilizar el refuerzo positivo verbal como una forma para animarle a seguir haciéndolo diciendo algo como: ‘Estás haciendo un gran trabajo comenzando por ti mismo’. Si por ejemplo dices cosas como: ‘Eres muy inteligente’ o ‘Lo estás haciendo muy bien’, es menos eficaz… Debes centrarte en el proceso de hacer la tarea y no en la forma en la que lo hace.
Alabar la conducta deseada: En lugar de regañar a tu hijo 20 veces seguidas para que se cepille los dientes, es mejor reforzar las conductas adecuadas que conducen hasta el cepillado de los dientes. No es buena idea alabar después de una discusión porque entonces estarás reforzando la discusión… Dale órdenes con lo que tiene que hacer paso por paso y elogia cuando lo hace. Por ejemplo, si se le explica que es el momento para ir a cepillarse los dientes y tu hijo va hacia el baño usa el elogio verbal por iniciar el proceso.
«Hoy eliges tú»: ya sea el postre, la ropa, la película para ver en familia,
preparar un plato todos juntos … o incluso el cuento de antes de ir a dormir,
que si es personalizado seguro que formará parte de sus favoritos. Cuando tu
hijo haya tenido un buen comportamiento le puedes dar una recompensa para que
vea que una buena conducta tiene consecuencias positivas para él. Deja que
escoja la recompensa que más le guste para hacer en familia.
«¡Eres muy listo/a!»: valora aquello que hacen en su día a día de forma autónoma,
aunque siempre haciéndole ver que el camino es más importante que los
resultados. Eso sí, no caigas en el error de decirle que es el/la mejor, ya que
podrías estar ejerciendo presión para que supere siempre al resto.
«Estás haciendo un gran esfuerzo comiendo la cena, ¡a por el
último bocado!»: Si
las comidas son una batalla, refuerza a tu hijo animando a comer el último
bocado, aunque no coma nada más. Puede ser tentador sobornar a los niños con el
postre si se come toda la cena o la comida, pero puede ser contraproducente. Es
mejor hacer hincapié en los momentos en los que el niño realmente se está
esforzando por comer su comida y después si se le da postre, que no tenga nada
que ver.
Celebrar el esfuerzo: Hay que tener en cuenta que en ocasiones los niños pueden
sentirse reticentes a probar cosas nuevas. Para animarlos es necesario alabar
el esfuerzo, el refuerzo consiste en que pueden tener la oportunidad de
equivocarse y aprender de ello sin necesidad de que eso les repercuta. El miedo
es natural y ayuda a conseguir nuevas cosas.
«Elige si quieres darme la mano o ir a mi lado caminando juntos»: Cambiar el “si vas corriendo sin hacer caso, nos vamos a casa” por frases de refuerzo positivo para niños.
REFORZADORES
Podéis utilizar reforzadores, pero es importante que no abuséis de ellos, especialmente de los materiales.
1) Refuerzos primarios: Comida, Bebida, Tranquilidad...
2) Refuerzos sociales secundarios: Alabanza, Caricias, Reconocimiento, Contacto ocular, Contacto físico (dar la mano, palmadas...), Sonreírle en modo de aprobación...
3) Refuerzos materiales secundarios: Juguetes, Cromos, Un balón, Una bicicleta, Chicles o caramelos...
4) Actividades de refuerzo: Deportes, T.V., Escuchar música, Excursiones, Ir al cine...
5) Refuerzos internos (operantes encubiertos): Fantasías agradables, Sentimiento de orgullo, Deber cumplido, Ser más rápido o mejor, Parecerse a un ídolo...
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