CONTROL DE LOS IMPULSOS
FOMENTAR
EL CONTROL DE LOS IMPULSOS
1) Sugerir palabras que el niño puede usar para comunicar cómo se siente.
Si se enfada mientras juega a un juego, anímalo a usar palabras para expresar el enfado, como “¡Eso me enfada mucho!” o “¡No me gusta cuando juegas el juego así!”
2) Dejar claro que no se permite hacer daño a otros.
Cuando el niño se enfada mientras está jugando a un juego y le da empujones o pega a otro niño, apártalo del grupo y recordarle que se prohíbe hacer daño a los demás.
3) Ayudar al niño a idear nuevas maneras para resolver los problemas.
Cuando un niño tiene un desacuerdo con otro niño, sugiérele soluciones como turnarse o compartir.
4) Reaccionar al mal comportamiento del niño usando las palabras.
Al contarle al niño las razones detrás
de las reglas y explicarle las consecuencias del mal comportamiento, le ayuda a
desarrollar modos internos de controlar su propio comportamiento.
5) Poner el ejemplo del autodominio al hacer frente al estrés o la frustración.
El niño aprende muchos comportamientos observando
a adultos. Cuando se pone un ejemplo de autodisciplina y autodominio basado en
una situación real que él ha presenciado, le permite aprender a seguir el
ejemplo.
ESTRATEGIAS
PARA CONTROLAR LOS IMPULSOS
1. Aprender a identificar los propios sentimientos
Solo cuando los niños son capaces de
diferenciar entre sentimientos y comportamientos es cuando puede aprender a
controlar sus impulsos. Por ejemplo, si el niño entiende que es normal sentirse
enfadado pero que no está bien pegar a los demás o romper cosas podrá hacer
frente a sus sentimientos sin reaccionar con violencia.
2. Desarrollar habilidades de escucha
A veces los niños se comportan de manera
impulsiva porque no han escuchado atentamente y, antes de oír todo lo tiene que
oír, actúan. Por lo tanto, es fundamental enseñar a los niños a escuchar las
instrucciones y a pedir que se le repita lo que se les ha dicho antes de tomar cualquier
acción si no está seguro o no entiende lo que le han dicho. Pictograma de niño
con la mano en la oreja escuchando.
Aprender a manejar y controlar la ira
Una baja tolerancia a la frustración
provoca una gran cantidad de problemas de conducta. Por eso hay que enseñar los
niños a manejar y controlar su ira para que puedan calmarse cuando estén
molestos. Estrategias como enseñarle a tomarse un tiempo de espera cuando esté
enfadado antes de hacer nada, puede enseñarle a un niño que es capaz de
calmarse a sí mismo.
4. Ofrece
un modelo de comportamiento apropiado para el niño
Va a aprender mucho más sobre el control
de impulsos de lo que ve que de lo que se le dice. Además de ofrecer un modelo
adecuado de conducta, explícale cómo haces tú cuando tienes un problema para
controlar tus impulsos, mejor aún si lo haces con un ejemplo que el niño haya
vivido o en el momento mismo.
5.
Los
niños deben aprender a resolver problemas por sí mismos
Deben de ser capaces de identificar los
problemas a los que se enfrentan, a valorar sus opciones y a tomar decisiones
de forma lógica, meditada y consecuente. Un niño que es capaz de analizar un
problema y de pensar en sus opciones reaccionará de manera impulsiva.
Pictograma de niño pensando.
6.
Establece
las reglas claras que muestren lo que se espera de ellos
Un niño que sabe lo que tiene que hacer
es más fácil que sea capaz de controlar sus impulsos cuando tiene que tomar una
decisión, especialmente cuando sabe claramente las consecuencias de romper las
reglas.
7.
Fomento
de la actividad física
Cuando los niños están físicamente
activos tienen más facilidad para manejar sus impulsos. La actividad física
moderada, siempre que se pueda al aire libre, es especialmente útil. Una
cuestión importante que debe abordarse aquí es la de los juegos y deportes
competitivos.
La competición es muy saludable, siempre
y cuando se realice de forma controlada y supervisada por profesionales que
defiendan y trabajen por la no violencia en el deporte, la resolución de los
problemas y la buena relación entre los contrincantes.
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