REGULACIÓN EMOCIONAL
La regulación emocional puede definirse como toda estrategia dirigida a mantener, aumentar o suprimir un estado afectivo en curso. Es primordial en el desarrollo de los niños y niñas, y, como adultos, debemos ayudarlos y acompañarlos para conseguir un desarrollo armónico y equilibrado que les convierta en personas completas y que les permita afrontar cualquier tipo de situación. La autorregulación consiste en ser capaz de manejar los sentimientos para que no interfieran en las relaciones diarias o en la calidad de vida. Esto podría implicar ser capaz de resistirse a perder el control en situaciones molestas o frustrantes, o ser capaz de calmarse cuando los grandes sentimientos (normalmente negativos) aparecen en escena. La clave en este proceso se basa en guiar a los niños y niñas hacia la posibilidad de reconocer y expresar lo que sienten sin sentirse mal, y sin causar daños (ni físicos ni emocionales) a ellos mismo...